Salida de campo. Vereda Helechales, Floridablanca

20.11.2024

En esta ocasión, se llevó a cabo la última Escuela de Campo Agroecológica (ECA) del año, organizada como parte del cierre de actividades de Corambiente en el mes de noviembre. Este evento marcó el fin de las salidas de campo previstas para 2024, permitiendo que en diciembre se concentren los esfuerzos en la elaboración de informes, actas y otros documentos pendientes que recopilan y evalúan el trabajo realizado a lo largo del año.

En el proceso desarrollado en Floridablanca, el acompañamiento técnico generalmente está a cargo de Ricardo Meneses. Sin embargo, debido a una enfermedad, él no pudo asistir en esta ocasión. En su lugar, participaron el técnico Ricardo Eslava, la trabajadora social Karem Blanco y la pasante de nutrición Valentina, quienes asumieron el liderazgo en las actividades. La ausencia de Ricardo Meneses no pasó desapercibida, pues las compañeras y compañeros de la región expresaron gran preocupación por su salud, mencionaron cuánto lo extrañaban y organizaron una oración colectiva deseándole pronta recuperación. Además, prepararon algunos regalos y notas de cariño que enviaron con el equipo presente. Este gesto de afecto evidenció la profunda relación de confianza y cercanía que los participantes han desarrollado con el equipo de Corambiente, basada en un vínculo horizontal donde prima la amistad, el respeto y el cuidado mutuo.

El inicio de las actividades fue significativo, ya que se formó un círculo en el que cada persona tuvo la oportunidad de presentarse y compartir lo que había aprendido o experimentado durante el año de actividades con Corambiente. Muchas de las intervenciones destacaron cómo este espacio les ha permitido no solo adquirir conocimientos en agroecología, sino también construir una red de apoyo que consideran como una familia. 

Esta actividad dejó en evidencia el nivel de cohesión y compromiso que han alcanzado los participantes de Floridablanca en tan solo un año de trabajo con la corporación. Es notable cómo, a pesar del corto tiempo, el proceso en esta región ha mostrado avances significativos en términos de confianza, organización y apropiación de los aprendizajes. Esto sienta una base sólida para los próximos retos, que en el marco de la práctica profesional incluirán el desarrollo de escuelas centradas en la participación ciudadana y la incorporación de temas de género.


Actividad de autocuidado 

En esta ocasión, se llevó a cabo un taller en el territorio enfocado en el bienestar emocional, diseñado para crear un espacio seguro y dedicado a la reflexión sobre la salud mental. El propósito principal de este encuentro fue invitar a los participantes a explorar y reconocer sus emociones, identificando tanto aquello que les genera dolor o dificultad como lo que les aporta alegría y satisfacción. A lo largo de la jornada, se enfatizó la importancia de conectar con el "niño interior", sanar heridas emocionales del pasado y reflexionar sobre las relaciones familiares, especialmente con los padres. Todo ello con el objetivo de promover el autoconocimiento y el bienestar emocional, aspectos fundamentales para el desarrollo integral de las personas.

La primera dinámica fue un rompehielos orientado a relajar el ambiente y estimular la introspección. Consistía en pasar dos pelotas entre los participantes. La persona que recibía una debía realizar una acción, mientras que quien atrapaba la otra debía responder una pregunta. Las preguntas estaban diseñadas para evocar recuerdos del pasado, como "¿Recuerdas tu primer beso?" o "¿Cuál fue tu mejor momento de la infancia?"

La siguiente actividad fue guiada por Karem y se llevó a cabo en parejas. Los participantes se sentaron frente a frente, y mediante una serie de preguntas reflexivas, se les invitó a compartir aspectos significativos de su infancia. Durante cada pregunta, los participantes rotaban hacia la izquierda para interactuar con una nueva persona, lo que les permitió abrirse y establecer vínculos con diferentes compañeros en un ambiente de respeto y empatía.

Esta dinámica resultó ser profundamente emotiva. Muchas personas compartieron recuerdos y sentimientos que habían estado ocultos durante años. En algunos casos, surgieron relatos de tristeza y trauma que reflejaban la normalización de la violencia dentro de los hogares rurales. A mí me tocó trabajar con una mujer que, visiblemente afectada, se mostró muy emocional al recordar episodios de su infancia. Esta experiencia evidenció la falta de atención a la salud mental en las comunidades rurales, donde las ocupaciones diarias suelen relegar estas reflexiones a un segundo plano, y subrayó la necesidad de hablar sobre estos temas con ellas.

La tercera actividad consistió en escribir en dos papeles: en uno, un cumplido que a cada persona le gustaría recibir, y en el otro, un consejo de autocuidado que deberían aplicar en su vida diaria. Después, en una ronda dinámica, los participantes bailaban alrededor del espacio mientras intercambiaban los papeles con otros compañeros. Fue gratificante observar la alegría en sus rostros al recibir los mensajes y cómo esta actividad generó un ambiente de relajación y conexión emocional. Este ejercicio reforzó la importancia del autocuidado y el valor de los pequeños gestos positivos que pueden transformar el día de alguien.

Para finalizar, Karem entregó a cada participante una botella de aceite y les enseñó cómo realizar masajes en las manos y el cuello, resaltando la importancia de cuidarse y consentirse, incluso en medio de las exigencias diarias. Luego, se realizó un ejercicio en el que cada persona daba un masaje a un compañero, enfatizando la importancia del cuidado mutuo y el fortalecimiento de los vínculos comunitarios. Esta actividad fue innovadora para los asistentes, quienes no estaban acostumbrados a dedicar tiempo a este tipo de prácticas. Al finalizar, se percibía un ambiente de mayor tranquilidad, felicidad y consciencia sobre la salud mental.

El taller, diseñado y liderado por Karem, marcó una experiencia completamente nueva para los participantes, quienes se permitieron reflexionar sobre aspectos de sus vidas que usualmente pasan desapercibidos. A través de dinámicas cuidadosamente pensadas, se abordaron temas como la importancia de sanar relaciones familiares, reconocer y expresar emociones y valorar el cuidado propio y el de los demás. Al final de la jornada, los participantes se mostraban visiblemente más relajados y alegres, con una mayor consciencia sobre la necesidad de priorizar la salud mental en sus vidas.

Este espacio reafirmó la relevancia de integrar actividades de bienestar emocional en el trabajo con comunidades rurales, donde estas cuestiones suelen ser ignoradas debido a las responsabilidades cotidianas. Además, permitió fortalecer los lazos comunitarios, sentando las bases para un enfoque integral que incluya tanto el desarrollo agroecológico como el crecimiento personal y emocional. 


Taller de roles de género y participación

Tuve la oportunidad de realizar mi primer taller con la corporación, una experiencia que, aunque inicialmente me llenó de nervios por no saber cómo se desarrollarían las actividades, terminó siendo enriquecedora y llena de aprendizajes. Al principio, me sentía algo insegura sobre mi desempeño y cómo sería recibido el espacio por la comunidad. Sin embargo, la disposición amable, atenta y participativa de los asistentes marcó la pauta para que el taller se desarrollara de manera positiva. La comunidad demostró un gran interés en el tema y se involucró de la mejor manera posible, lo que ayudó a disipar mis temores iniciales.

La actividad principal se centró en una cartelera titulada ¿Quién hace qué?, cuyo objetivo era invitar a los participantes a reflexionar sobre los roles de género y recopilar información sobre cómo se distribuyen las labores domésticas y productivas dentro de las familias. La dinámica consistió en que los asistentes marcaran con un punto las actividades que realizan mujeres, hombres y niños en sus hogares y fincas. Esto permitió abrir un espacio de análisis sobre quiénes están asumiendo mayor carga de trabajo, especialmente en las tareas no remuneradas.

Sin embargo, surgieron algunos inconvenientes durante la ejecución. Por ejemplo, al solicitar que las personas se levantaran para colocar los puntos en la cartelera, algunas comenzaron a dispersarse, formando pequeños grupos para conversar. Esto generó cierta pérdida de atención, lo que complicó mantener la concentración en el propósito del taller. Además, en un momento, una de las asistentes expresó su incomodidad respecto a la temática de roles de género. Comentó que en su hogar tanto ella como su pareja comparten equitativamente las labores domésticas, mostrando cierto malestar ante la generalización implícita en el ejercicio.

Sorprendentemente, los participantes señalaron que muchas de las tareas son compartidas por mujeres, hombres y niños, lo que refleja un enfoque más equitativo en la distribución de responsabilidades. Además, varios asistentes destacaron cómo las mujeres en sus hogares son empoderadas y conscientes de los temas relacionados con la equidad de género. 

En relación con la cartelera de participación, la actividad también arrojó información valiosa. Los participantes señalaron su involucramiento en diversos espacios de toma de decisiones, como las Juntas de Acción Comunal, movilizaciones sociales y otras organizaciones independientes además de Corambiente. Esto demostró un alto nivel de participación ciudadana por parte de la comunidad, lo cual es fundamental para fortalecer sus procesos de incidencia y organización colectiva.

El desarrollo del taller no estuvo exento de desafíos. La lluvia y la pausa para el almuerzo interrumpieron el ritmo de las actividades, dificultando la continuidad y el cierre adecuado de algunos ejercicios. Además, quedó claro que para futuras sesiones sería conveniente incorporar dinámicas más interactivas que mantengan a los participantes más activos y comprometidos con las actividades. Por ejemplo, podría estructurarse la actividad ¿Quién hace qué? como un juego en grupo o en equipos, evitando que los participantes tengan que levantarse de manera individual y logrando que se mantengan concentrados en la temática.

Este primer taller fue una experiencia significativa tanto para mí como para los participantes. Por un lado, me permitió aprender sobre la importancia de la flexibilidad y la adaptación en la ejecución de actividades en campo. Por otro lado, me dio la oportunidad de conectar con la comunidad, observar sus dinámicas internas y recoger información valiosa sobre sus percepciones y prácticas en torno a los roles de género y la participación ciudadana.

Prácticas profesionales de trabajo social- 2024
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar