Olla comunitaria. Vereda Santa Barbara- Floridablanca

09.04.2025

El día de hoy tuvimos la fortuna de contar con varios acompañantes en nuestro taller: un compañero proveniente de Rionegro, quien sería el encargado de dirigir la sesión sobre injertos, la compañera de nutrición Angie, y nuestro colega Ricardo Meneses, quien a pesar de no encontrarse en buen estado de salud, decidió acompañarnos. Desde el momento en que nos subimos a la camioneta para dirigirnos al lugar del encuentro, notamos que Ricardo estaba bastante mal: mencionaba que se sentía mareado, con dolor de cabeza, malestar estomacal y una sensación general de debilidad. Aun así, su compromiso con el proceso fue admirable, y merece ser exaltado, pues a pesar de su evidente malestar, quiso hacerse presente para acompañar a la comunidad y apoyar el desarrollo de la actividad.

Al llegar al sitio, nos recibió el compañero Miguel, quien era nuestro anfitrión en esta ocasión. Ya se encontraban también todas las mujeres y hombres participantes listos para iniciar el taller, lo cual es digno de resaltar, ya que en Floridablanca siempre hemos visto una puntualidad ejemplar por parte de la comunidad. Esto facilita muchísimo el desarrollo de las actividades y habla muy bien del compromiso que tienen con el proceso.

Debido al estado de salud de Ricardo, quien apenas llegó tuvo que acostarse a descansar en una habitación, me correspondió asumir parte de las tareas de organización que usualmente él lideraba. Traté de colaborar en todo lo que fue necesario, resolviendo algunas dudas logísticas para que el encuentro pudiera llevarse a cabo sin mayores inconvenientes. La noche anterior, don Miguel me había escrito para consultar detalles sobre la gestión del refrigerio; sin embargo, como yo no tenía información precisa sobre este tema, le indiqué que debía consultarlo directamente con Ricardo. Afortunadamente, con el apoyo de la compañera Alba, quien siempre ha sido un gran pilar dentro del grupo de Floridablanca, logramos solucionar todo de manera efectiva y el refrigerio pudo ser entregado sin problemas.

Esta situación nos dejó también una importante lección: para próximas ocasiones, es necesario establecer previamente canales de coordinación más claros en caso de que el compañero Ricardo o cualquier otro miembro del equipo se encuentre indispuesto. De este modo, podremos actuar de manera más rápida y efectiva ante cualquier contratiempo y garantizar que todo continúe fluyendo de manera organizada.

En esta jornada nos acompañaron alrededor de 33 personas. Aunque no hubo participantes nuevos, sí asistieron las personas que recientemente se han vinculado en los talleres pasados, lo cual fue una gran alegría para nosotros. Ver su constancia y compromiso, a pesar de ser nuevos en el proceso, demuestra el interés real que tienen en participar activamente y en fortalecer las actividades que venimos realizando en el territorio. Este tipo de continuidad es muy valiosa, ya que consolida los procesos comunitarios y permite avanzar con mayor firmeza en los objetivos que nos hemos planteado

Después de una breve presentación del equipo presente en el día. Iván Velasco, el compañero de Rionegro empezó a hablar sobre los injertos, como elaborarlos, su función y algunos aspectos generales de esta práctica. Iván explicó que el injerto es una técnica que consiste en unir dos partes de plantas diferentes para que crezcan como una sola. Una parte es el portainjerto, que proporciona el sistema de raíces y debe ser resistente a las condiciones del suelo y enfermedades. La otra parte es el injerto propiamente dicho, que se convierte en la copa del árbol y produce los frutos. Esta técnica permite, entre otros beneficios, mejorar la calidad del fruto, fortalecer la resistencia a plagas y adaptar los cultivos a condiciones climáticas específicas, siendo altamente útil en procesos de transición agroecológica.

Esta fue una práctica que las personas de Floridablanca disfrutaron mucho, puesto que estaban muy pendientes de tomar apuntes, fotos y preguntar. En un primer momento el compañero Iván Velasco realizó el injerto, después 3 compañeros decidieron realizar este proceso.

Una vez más se identifica que la metodología de campesino a campesino es muy beneficiosa, debido a que los participantes pueden escuchar de primera mano los beneficios que trae consigo las tecnicas agroecologicas y pueden compartir experiencias y conodimientos entre sí. 

Olla comunitaria

Una vez finalizada la práctica de Iván y después de haber comido los refrigerios, junto con la practicante de nutrición Angie nos dispusimos a reunir nuevamente a los participantes que estaban dispersos. Di una pequeña reflexión sobre la importancia de las ollas comunitarias en la vida en comunidad y cómo estas nos benefician a todos.

Anteriormente había hablado con Alba para saber quién sabía preparar el sancocho de chorotas, y me comentó que la señora Helena lo sabía hacer. Le pedí que nos guiara y ella aceptó encantada. Mientras nos explicaba, pusimos junto a ella la olla con el pollo a cocinar, ya que era lo que más demoraba. También tuvimos que apresurar un poco a Iván y a los participantes por cuestiones de tiempo.

Después de la reflexión, pregunté quién quería encargarse de cada tarea, y poco a poco todos se fueron organizando. Algunas personas comenzaron a cortar los alimentos para agregarlos a la olla, otras pelaban la yuca y la papa, y algunas se encargaban de vigilar la cocción, tarea que lideraba doña Helena, quien además recibía compañía de quienes lavaban y cortaban las hojas.

Afuera, estábamos con doña Helena y otra señora que habían traído la masa preparada. Nos explicaron cómo la habían hecho: primero molieron el maíz, luego lo condimentaron y lo volvieron a moler, para finalmente agregarle huevo hasta obtener una masa moldeable. Alrededor de ellas estábamos unas ocho personas, observando y aprendiendo a hacer las chorotas. Fue una actividad muy bonita, en la que todas las presentes hicimos una chorotica mientras conversábamos sobre recetas, comida y experiencias. Fue realmente gratificante. Se nos había olvidado traer la carne, pero Alba nos comentó que habían traído mucha espinaca, así que improvisamos con el relleno. Algunas mujeres sofrieron tomate y cebolla, y cuando esto estuvo listo, añadieron las hojas de espinaca. Luego, unas cuatro personas nos pusimos a rellenar las chorotas mientras seguíamos conversando.

Normalmente, las chorotas se cocinan dentro del sancocho, pero doña Helena nos dijo que eran demasiadas y recomendó hervir otra olla con el caldo del pollo para cocinarlas allí. Fue la mejor decisión, ya que así no se rompieron.

Cabe destacar que, aunque algunos hombres —como el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Santa Bárbara parte alta— no quisieron participar, otros lo hicieron con gusto y colaboraron en varias tareas. Como decidimos dejar en libertad a cada persona de participar o no, algunas optaron por no hacerlo. Sin embargo, la mayoría sí aportó en pequeñas tareas, como pelar, vigilar la olla o preparar la limonada.

Esta experiencia fue muy linda y gratificante. Ver cómo todos se reunían alrededor de la olla para ayudar y compartir opiniones fue realmente conmovedor. Más aún, cuando ya estábamos almorzando y escuchábamos decir: "Esto quedó muy rico, jamás lo habíamos probado".

Para finalizar la jornada, mientras esperábamos que estuvieran listos el sancocho y las chorotas, la compañera de nutrición Angie llevó a cabo una actividad enfocada en la importancia del aprovechamiento integral de los alimentos. Con los participantes organizados en forma de semicírculo, propuso un juego dinámico llamado tingo tanga. La dinámica consistía en pasarse una pelota entre ellos mientras sonaba la canción del juego, y cuando se decía "tango", la persona que la tenía debía responder una pregunta relacionada con el uso o aprovechamiento de alguna parte del alimento que Angie mencionaba, como la cáscara de una papa, el tallo del brócoli, entre otras. 

Esta actividad resultó ser muy enriquecedora y participativa. Todos se mostraron animados a compartir sus saberes y prácticas cotidianas en torno al uso de alimentos que comúnmente se desechan. Surgieron respuestas muy interesantes y diversas: algunas personas hablaban de cómo reutilizaban las cáscaras para hacer infusiones o dulces, otras mencionaron recetas típicas en las que incluían estos elementos, y también salieron a relucir conocimientos sobre medicina ancestral, como el uso de ciertas plantas o cáscaras para remedios naturales.. 

Prácticas profesionales de trabajo social- 2024
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar